Prowein: la feria de vinos líder para conectar a las bodegas con sus mercados

Uno de nuestros pilares es amplificar la distribución y el posicionamiento de los vinos que representamos en los diferentes mercados target. Por eso, Prowein sigue siendo para nosotros la exposición de vinos líder internacional en materia de comercialización.

Este año y con un equipo más grande, desde VinEsence volvimos a viajar y acá te compartimos todo lo que vimos.

 

Luego de dos años del impasse forzado por la pandemia, Prowein volvió a abrir sus puertas para que productores, distribuidores, importadores y trade del mundo del vino y la gastronomía nos encontremos y hagamos negocios juntos. En esta 27° edición, la cita fue del 15 al 17 de mayo en lugar del clásico mes de marzo; y este pequeño ajuste de fechas, para quienes estamos en el hemisferio sur fue muy conveniente, pues muchos enólogos pudieron hacerse presentes porque la vendimia había terminado.

 

Prowein es una feria en la que hay que ser constante. No alcanza con venir una sola vez y esperar resultados inmediatos

Lo importante es sembrar y pensar en el mediano-largo plazo. Sabemos que para construir vínculos nuestro aliado es el tiempo, y entendiendo a los países europeos que respiran la cultura del vino desde siempre… percibimos que ellos también se mueven comercialmente a través de él.

 

El vino se vende en muchos casos a través de nuestras relaciones interpersonales.

Constantemente aparecen nuevos importadores. Aunque los que tienen trayectoria se toman el tiempo para elegir, entender qué vino necesitan para cubrir un hueco en su portfolio, o bien pensar qué tendencia del mercado puede convertirse en una oportunidad. Muchas veces sucede que el primer año visitan tu stand, te conocen, al siguiente generan una reunión y vuelven a probar tus vinos. Te siguen hasta que finalmente cierran una venta cuya conversación quizás, se inició dos, tres o hasta cuatro años antes. Nuestra reflexión es que esta modalidad muestra cómo el importador busca asegurarse por un lado la trazabilidad, sobre todo en el Nuevo Mundo con la gran cantidad de productores emergentes; y por el otro lado que sean bodegas que existen, que tienen su historia y especialmente, que invierten en los mercados.

Esta edición nos hizo sentir una buena energía en el ambiente, la del reencuentro, que nos llevó a reconfirmar que el vino se vende en muchos casos a través de nuestras relaciones interpersonales. Volver a ver caras amigas, retomar conversaciones, afianzar relaciones, presentar etiquetas y nuevas cosechas.

 

 

El flujo de personas fue menor

Lógicamente por la pandemia que aún existe y que hizo que menos gente viajara, no sólo de Europa sino también de países asiáticos que tradicionalmente representaron un porcentaje para nada despreciable de la feria.

Pero la menor cantidad de gente fue un punto positivo porque significó más calidad en los encuentros, conectando con los actores principales de los mercados target a los que apuntamos conquistar. Sin embargo, la visita espontánea de personas no puede ser el foco de nuestra agenda. Viene sucediendo hace varios años que, debido a la magnitud que ha tomado la feria, muchos compradores no quieren comprometerse a un día y horario específicos. Nuestra experiencia nos indica que es clave contactar a las figuras que nos interesan con tiempo suficiente para fijar agenda y así asegurarnos las reuniones más relevantes.

Ir a Prowein sin agenda es ir librado a la suerte, lo que va en detrimento del éxito comercial.

 

La importancia del HUB

Otro punto fundamental es la posibilidad de ofrecer vender los vinos no sólo desde Argentina sino desde Europa. Actualmente la Unión Europea funciona como un mercado interno, donde el transporte y distribución de los vinos dentro del continente no tiene mayores restricciones, y eso colabora en el armado de una buena estrategia para una bodega extranjera (overseas); la cual contando con un warehouse o HUB en alguno de sus países se asegura vender a importadores con más velocidad, pero también en volúmenes mas pequeños sin perder ninguna oportunidad de negocio. Hoy, donde la pandemia ha generado un caos logístico internacional y los valores marítimos se han disparado, poder abastecer restaurantes, tiendas o distribuidores con volúmenes mas reducidos puede ser la forma de llegar a 3, 5 ó 10 mercados que de otra forma no sería posible.

 

Prowein también representa una gran oportunidad de aprendizaje para probar vinos de un sinnúmero de geografías y regiones. La posibilidad de recorrer y degustar el mundo en un solo lugar es otro de sus pilares claves; logrando atraer a sommeliers, periodistas especializados y profesionales del vino. La dimensión que tomó la feria la vimos reflejada en 17 pabellones donde algunos con más relevancia como Francia o Alemania ocupaban uno o hasta dos halls completos, mientras que Argentina ocupó una dimensión similar que en años anteriores en el sector de Nuevo Mundo.

 

Para VinEsence y todas las bodegas que representamos fue una edición muy fructífera. Pudimos retomar conversaciones, conocernos personalmente con algunos de los importadores y distribuidores que durante la pandemia iniciamos transacciones presentando las nuevas cosechas, cerrando nuevas exportaciones y sobre todo afianzando las relaciones comerciales y profesionales. Volvemos a casa entusiasmados y contentos, con energía renovada para seguir extendiendo fronteras y posicionando al vino en el mundo.

 

Prowein en números

• 5.700 expositores (un 17% menos en comparación con 2019)
• 17 pabellones
• 38,000 visitantes (61,500 en el 2019)
• De 4 a 6 mts los stands individuales (3 mts en ediciones anteriores)
• Pasillos más amplios y dos salas adicionales para ampliar los espacios y mantener mayor distancia entre las personas que circulan.